Hay que desconectar la moneda de curso legal 

de la economía real

Trabajo, recursos naturales y energía son factores originales de la producción.

La economía real es el consunto de las actividades de producción de bienes y servicios para satisfacer necesidades. La producción es el resultado de la transformación de los recursos naturales a través las fuerzas productivas: trabajo, medios y conocimientos.

Todavía, puesto que con la sola energía no se pueden transformar recursos naturales en productos y/o en medios de producción sin actividades humanas, el trabajo es el factor fundamental de la producción y, luego, de la economía real.

Con el trabajo se produce plusvalía, que es igual a la diferencia entre valor de mercado de los bienes y de los servicios, es decir de los preciso, y el valor de mercado del trabajo, es decir sueldos, incluidas todos las relativas afectaciones.

Todo el actual sistema económico y financiero está fundamentado en el plusvalía que procede de la economía real.

El plusvalía, al neto de impuestos, se destina en parte a inversiones productivas (nuevos medios de producción) y en parte se ahorra y/o invierte en actividades financieras. 

El sueldo, al neto de impuestos, se consuma en parte y en parte se ahorra y/o se invierte en actividades financieras. 

El ahorro es por lo tanto igual a plusvalía más sueldos menos impuestos menos consumos menos inversiones.

Todos esos factores económicos están representados por dinero y por créditos en dinero: con dinero se cambian los bienes y servicios producidos y con dinero se pagan los sueldos, los impuestos y los nuevos medios de producción. El mismo ahorro está representado por dinero como reserva de valor.

Dinero y crédito son factores de la economía financiera. Salvo raras excepciones (por ejemplo, trueque de trabajo y/o medios de producción con bienes y/o servicios producidos), con dinero y crédito se adquieren materias primas, semiacabados, componentes, medios de producción y se reciben prestaciones de trabajo y de conocimiento. Por eso, en el actual sistema económico mundial, con la moneda las finanzas mueven la economía real.

El dinero y el crédito están representados por moneda de curso legal.

La moneda de curso legal es emitida por los estados o por bancos centrales o bancos de emisión. Esta moneda no tiene ningún valor real sino toma valor sólo por ley.

Es así desde hace más trescientos años, desde cuando fueron constituidos los primeros bancos de emisión, a las que se reconoció el poder de emitir moneda que no representa bienes o otros valores reales existentes.

Desde entonces, la moneda de curso legal es sólo una deuda que asume la entidad emisora hacia los portadores. Es una moneda fiduciaria, una suerte de falsa letra de cambio sin plazo. Con una particularidad importante. Aunque sea completamente sin valor real, los acreedores están obligados a  aceptar en pago moneda de curso legal. 

Las primeras monedas de curso legal fueron emitidas para prestar dinero a los estados y financiar las guerras. En el tiempo, puesto que las deudas de los estados siempre están en aumento, la cantidad de moneda de curso legal sigue aumentando. 

Los bancos comerciales reciben en depósito esta moneda de curso legal y conceden préstamos. Y, puesto que la moneda prestada por un banco se deposita en el mismo banco o en otro banco, el sistema bancario logra multiplicar el valor de la moneda de curso legal emitida por los estados o por los bancos centrales.

Sólo el tres por ciento de esa masa monetaria entra en la economía real. El resto está empleado en préstamos a los estados, en cambios entre diversas divisas y en adquisiciones de participaciones de sociedades.

La gran oferta de moneda ha provocado una supervalorización de los títulos de bolsa, cuyo precio es desmedidamente superior a su valor real.

Toda esa masa monetaria en circulación, que hoy tiene un valor nominal de más que cincuenta veces el valor real de la producción anual mundial y es hasta superior al valor de todos los bienes existentes en el planeta, se origina de moneda de curso legal sin cualquier valor real.

Cuanto más aumentan las deudas de los estados, más aumenta la moneda de curso legal, más aumenta el precio de las acciones y más aumenta la diferencia entre el valor nominal de la moneda de curso legal y el valor de los bienes y servicios reales producidos todos los años. 

El efecto más grave de esta expansión monetaria es que los préstamos empleados fuera de la economía real no producen plusvalía. Los útiles que derivan de préstamos públicos o de intercambios de divisas y de títulos cotizados no son riqueza real sino sólo riqueza numeral aparente. Desgraciadamente, con esta riqueza se controla el mundo, la economía, la política, la información y la cultura, por lo tanto las conciencias.   

En este contexto se funda el fenómeno, también éste empezado hace más trescientos años para financiar una revuelta, del préstamo piramidal, que consiste en el cubrir rentas financieras contrayendo nuevas deudas. Se trata de una estafa por medio de que las rentas a favor de quien presta y/o invierte dinero el primero son cubiertas por quien presta y/o invierte último. 

Hasta 2000, los bancos y las entidades especulativas han cubierto las rentas tomando dinero de los ahorradores. Luego, el ahorro, aun por las fuertes pérdidas sufridas por los ahorradores, ya no ha bastado y han estado constreñidos a emitir nueva moneda concediendo nuevos préstamos y llenando el mercado de nueva liquidez.

Naturalmente, tampoco esta moneda emitida y prestada para cubrir intereses y rentas sobre los préstamos precedentes produce ninguna plusvalía y mejor reduce el poder adquisitivo (devaluación), por lo tanto el valor real, de toda la moneda en circulación en medida mayor del aumento del valor nominal de la masa monetaria.  

Ahora estamos casi a la conclusión. No se trata de una crisis cíclica sino de una crisis sistémica del sistema financiero y consecuentemente del entero sistema económico.

Las condiciones y los tiempos de esta crisis se pueden representar por medio de una ecuación matemática que se puede expresar con una simple evidencia: cuanto más aumentan las deudas públicas y los valores de bolsa respecto a la plusvalía producida por la economía real, más el sistema entra en crisis.    

Y la crisis se vuelve definitiva y sistémica cuando la diferencia entre la pérdida de poder y de adquisición de la moneda y el aumento del valor nominal de la masa monetaria supera la plusvalía que deriva de la economía real. De aquel momento, empieza una crisis económica que se puede revolver sólo separando la moneda de curso legal de la economía real.

Todo eso proceso ocurre en base a los siguientes axiomas.

1) El trabajo productivo produce una plusvalía igual a la diferencia entre valor de mercado de los productos (preciso) y valor de mercado del trabajo (sueldos): PV = P – S (plusvalía = precios – sueldos).

2) La plusvalía  PV, al neto de los impuestos I, es destinada en parte a consumos C, en parte a inversiones productivas I y en parte a ahorro A.

3) El sueldo, al neto de los impuestos I, es destinada en parte a consumos C y en parte a ahorro A.

4) Por lo tanto el ahorro A es igual a plusvalía PV más sueldos S menos impuestos I menos consumos C menos inversiones I (A = PV + S – I –C – I).

5) La moneda de curso legal M es el bien que representa el valor de todos los elementos de la economía real. 

6) Puesto que en el actual sistema económico el valor de la masa monetaria MM debería ser igual al valor total P de los productos disponibles en el mercado, la parte SM de masa monetaria MM que supera esto límite provoca una pérdida de valor, es decir una depreciación D, de la moneda M y el sistema entra en crisis. 

7) La parte de masa monetaria SM que supera P produce rentas financieras RF.

8) Hasta que las rentas financieras RF son cubiertas con el ahorro A, la pérdida de valor D es inferior al aumento de la masa monetaria SM y hay crisis cíclicas.  

9) Cuando el ahorro A ya no logra cubrir las rentas financieras RF, para cubrir RF se emite nueva moneda NM que provoca una pérdida de valor D de la moneda M en medida superior a NM y se agrava la crisis.

10) Cuando la diferencia entre pérdida de valor D y nueva moneda NM supera la plusvalía PV, empieza una crisis económica sistémica irreversible.

11) No es posible volver a las condiciones iniciales y aunque eso fuese posible, se desarrollaría el mismo proceso ya ocurrido.

12) La única solución es desconectar la moneda convencional de la economía real y pasar de la moneda de curso legal, que debería representar productos, a una moneda que represente el valor del trabajo necesario para producir los bienes y servicios que se pueden cambiar por aquella moneda: la moneda del trabajo.

Sábado 6 de septiembre de 2008